Emtusa derrochará 1,8 millones de euros en la renovación del billetaje mientras asume pérdidas cada año

hace 10 meses · Actualizado hace 10 meses

Gijón

El transporte público, piedra angular de la movilidad en Gijón, se encuentra nuevamente en el ojo de la tormenta. En medio de un escenario de pérdidas anuales, la Empresa Municipal de Transportes Urbanos de Gijón (Emtusa) ha decidido destinar la astronómica cifra de 1,8 millones de euros a la renovación del sistema de billetaje de los autobuses. Una inversión que, sin lugar a dudas, ha levantado más de una ceja entre los ciudadanos de la ciudad asturiana.

Esta decisión, respaldada por contratos programas del Ayuntamiento, tiene como trasfondo el ambicioso Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, además de la participación de Emtusa en proyectos clave como "Ciudades Conectadas" y "Zona de bajas emisiones de La Calzada y movilidad sostenible". Un estudio para la red de carriles bus, valorado en 70.000 euros, y la completa modernización del sistema de billetaje, que alcanza la colosal cifra de 1,8 millones de euros, forman parte de esta arriesgada apuesta.

Con unos presupuestos para el año 2024 que alcanzan los 28,7 millones de euros, de los cuales 16 millones son de aportación municipal, superando así las cifras del año anterior en cuatro millones. Este incremento, en un momento de crisis económica municipal, plantea preguntas incómodas sobre las prioridades del gobierno local y su manejo de los recursos públicos.

Además, la empresa propone un plan de renovación de flota que se extenderá hasta el año 2027, con un préstamo máximo de 14,75 millones de euros. Aunque se argumenta que este endeudamiento podrá saldarse en junio de 2037, tras un periodo de carencia hasta junio de 2028, la pregunta que resuena es: ¿a qué costo y quién asumirá las consecuencias?

En este escenario, la ciudadanía se ve obligada a sopesar las decisiones de un gobierno municipal que, lejos de priorizar la estabilidad financiera, parece apostar fuertemente por proyectos de dudosa rentabilidad inmediata. ¿Es realmente necesario este desembolso millonario en el sistema de billetaje en un momento donde la austeridad debería ser la norma? Las respuestas a estas preguntas son esenciales, ya que recaerán directamente sobre los hombros de los ciudadanos gijoneses, quienes ven cómo sus impuestos financian decisiones que generan más dudas que certezas en el futuro del transporte público local.

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