El Museo del Pueblo de Asturias amplía sus fondos con la donación de la estampa más antigua que se conoce de la Virgen y el Sitio de Covadonga

hace 6 años

La concejala de FORO en el Ayuntamiento de Gijón, Montserrat López, ha indicado esta semana que “el Museo del Pueblo de Asturias amplía sus fondos con la donación de la estampa más antigua que se conoce de la Virgen y Sitio de Covadonga”.

“La estampa, titulada ‘Demostración y puntual diseño del Santuario de Nuestra Señora de Covadonga’, está fechada en el año 1711 y con ella el museo tiene la satisfacción de poseer y conservar las tres vistas o topografías devotas que se hicieron del santuario en el siglo XVIII, con anterioridad al incendio de 1777 que destruyó el templo de madera construido en la cueva”, señaló López.

 “La estampa salió al mercado en Madrid el pasado mes de mayo u fue adquirida por la senadora de FORO Asturias, Rosa Domínguez de Posada, con el fin de donarla alMuseo del Pueblo de Asturias. Se presentará el próximo mes de septiembre en una exposición en la que el museo mostrará su exclusiva colección de estampas de Covadonga y otros materiales impresos dedicados a este santuario de los siglos XVIII al XX”, señaló López.

La estampa que ingresa ahora en el museo se titula ‘Demostración y puntual diseño del santuario de Nuestra Señora de Covadonga’, hecha en Madrid en 1711. Es un grabado de cobre, que mide 23 × 33,4 cm. Su estado de conservación es excelente. Solo se conoce otro ejemplar, con el papel muy fatigado, propiedad del Museo de Covadonga.

Lleva la inscripción siguiente: «Demostrazión y puntual diseño del Sitio y Venerable Santuario de nra S.ra de covadonga refugio antiguo de las desechas Huestes Españolas y, primer esfuerzo de las renovadas Conquistas, que acaudilladas del Ynfante Pelayo fueron milagroso fundamento de esta Católica Monarchia. Sita en el Principado de Asturias a catorce leguas de Oviedo su Capital.». Y al pie: «A devoción de D.n Francisco Bernardo de Palacio, Secretario de su Magestad, y su Contador de los libros del sueldo y lanzas. D.n Cosme Bernardo de Palacio delineabit. Gregorio Fosman matritensis sculp. Ma. 1711».

Los autores fueron el dibujante Cosme Bernardo de Palacio y el grabador Gregorio Fosman Medina. La estampa ha sido estudiada por Javier González Santos, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo.

Cosme Bernardo de Palacio (¿? - Oviedo, 1739) es una personalidad poco conocida. Residió en Toledo, Madrid, quizás también en Francia y durante algún tiempo en Gijón, antes de establecerse en Oviedo alrededor de 1727, donde falleció el 6 de junio de 1739. Fue miembro de la Cofradía de Nuestra Señora de la Balesquida. Tuvo a su cargo la administración de rentas provinciales de Toledo y Asturias. Fue un artista aficionado del que solo se conoce el dibujo de esta estampa. Como  entendido en cuestiones artísticas, lo requirió la catedral de Oviedo en 1732 para que, junto con los pintores locales Francisco Martínez Bustamante e Ignacio Abarca Valdés, informase sobre el diseño del nuevo Monumento de Semana Santa, remitido desde Madrid por Francisco Ortega. Bernardo de Palacio fue amigo de artistas de la capital asturiana, como el escultor Toribio de Nava Riestra (1687-1748) o el arquitecto Francisco de la Riba (1686-1741).

Por su parte, Gregorio Fosman Medina (Madrid, hacia 1635 - hacia 1713), alumno y heredero del conocido calcógrafo Pedro de Villafranca y Malagón (Almagro, hacia 1615-Madrid, 1684), fue el último representante de la técnica del buril en la escuela barroca madrileña.

La estampa fue pagada por Francisco Bernardo de Palacio, secretario de Felipe V y «contador de los libros del Sueldo y Lanzas», y hermano del dibujante. La vinculación de los Bernardo de Palacio con Asturias se extendía también a una hermana, María Clara, casada con Andrés Bernardo de Quirós, vecinos de Oviedo.

La Demostración y puntual diseño del santuario de Nuestra Señora de Covadonga es muy interesante porque en ella se manifiestan dos elementos que serán habituales a partir de entonces en la iconografía de Covadonga: el aspecto histórico-legendario, representado por la figura del infante Pelayo, caído de espaldas y atónito ante la milagrosa aparición de la imagen de la Virgen sobre el templo de la cueva, y por los ángeles constructores de la iglesia rupestre, y la descripción del sitio o topografía devota que muestra no un paisaje fidedigno, sino una representación peculiar de la configuración ambiental del lugar.

La composición de Bernardo de Palacio es muy rudimentaria, pero bastante fiel a la distribución real de los edificios, montaña, río, gruta y fuente, motivos característicos en la iconografía de este santuario. Todo en ella respira una extraña mezcla de ingenuidad, aunque con ínfulas del gran estilo. Entre estas últimas destacan la indumentaria a lo antiguo de Don Pelayo y las figuras angelicales, muy relacionadas con aquellas otras de las apoteosis de las pinturas religiosas madrileñas del siglo XVII y que vemos repetidas en Juan Carreño de Miranda o Antonio de Pereda.

Finalmente, el modo de presentar la leyenda en un espejo moldurado transmite a la estampa un aire noble y refinado, que no se corresponde con los procedimientos habituales en las estampas devotas.

La estampa que acaba de ser donada al museo se suma a otras dos que fueron realizadas por la Congregación de Nuestra Señora de Covadonga de Naturales del Principado de Asturias, fundada en Madrid en 1743, que posee el Museo del Pueblo de Asturias y que representan la topografía del Santuario.

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