Carreras de motos: mucho más que un deporte

hace 2 años · Actualizado hace 2 años

Gijón
El fútbol, el baloncesto o el Tenis se han convertido, casi desde sus orígenes, en deportes de masas seguidos por millones de personas en todo el mundo. No obstante, tabien existen otras muchas disciplinas, cada vez más mediáticas, sobre las que poner el ojo. El último ejemplo lo tenemos con las competiciones de motociclimo. Y es que el mundo de motor está consiguiendo enganchar, será cosa de la adrenalina, a cada vez más seguidores y aficionados.
Índice
  1. A todo gas
  2. Una práctica deportiva por derecho propio
  3. Un deporte... ¿Olímpico?
  4. Pasión por las motos

A todo gas

El mundo del motociclismo se encuentra viviendo una edad dorada. No en vano, se trata de un sector, en pleno auge, que cada vez mueve más seguidores dentro del ámbito del entretenimiento. Algo que se ha traducido en un mayor número de competiciones y en un foco mediático y monetario de mayor calado. Una carrera de MotoGO puede suponer un gasto total de más de 10 millones de euros. Por no hablar de los alrededor de 3 millones de euros anuales que se desprenden solo del mantenimiento del circuito. Algo que, como os podéis imaginar, se traduce en cientos, sino miles, de puestos de trabajo directos e indirectos. Y esto es una corriente que se ha extendido, como si de una tendencia en favor de las dos ruedas se tratase, al mundo de la bicicleta y las competiciones de ciclismo.

Una práctica deportiva por derecho propio

Montar en moto se ha convertido en una práctica habitual en nuestro día a día. Autenticidad, rapidez, ahorro... Podemos buscarle los motivos que queramos. No obstante, la cosa va mucho más allá si dedicamos varias horas a hacerlo, a nivel profesional, dentro de un circuito. Efectivamente, las carreras de motos SÍ son un deporte. Ya se trate de motociclismo, enduro, motocross o trial, por mencionar algunas de las modalidades más destacadas, nos encontramos ante un deporte de pleno derecho y una de las disciplinas más exigentes mental y físicamente hablando.

Un deporte... ¿Olímpico?

Si, habéis leído bien. Corría el año 1900 y en Francia la pasión por el motor brillaba con luz, y fuerza, propia. Es por ello que no resulta de extrañar que el comité perteneciente a los segundos JJ.OO. de la era moderna (París 1900) decidiera incorporar las carreras de automóviles y motocicletas como deporte de exhibición. Posteriormente, la Carta Olímpica incorporó un anexo que prohibió explicitamente la inclusión de cualquier tipo de evento o disciplina en los que el rendimiento dependa exclusivamente de propulsión mecánica.

Pasión por las motos

El mundo del motor se configura como uno de los sectores más apasionantes dentro del ámbito deportivo. No en vano, año tras año las competiciones de motociclismo consiguen movilizar a miles millones de personas. ¿Motivo? El rugido del motor, la adrenalina, el olor a goma quemada, la velocidad o el riesgo que corren, nuca mejor dicho, los pilotos... Puede que no se trate de una respuesta sencilla o de una ecuación que incluya una sola variable. No obstante, competiciones como MotoGP se encuentran, en la actualidad, al frente de cualquier parrilla informativa de índole deportivo que se precie.

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