Para Ciudadanos este año Gijón tendrá “una Navidad menos mágica”. Para la formación naranja se trada del “triste  resultado de la obcecación de la gerente de DIVERTIA, Lara Martínez, y el director  de la FMCEyUP, Miguel Barrero, que, por algún motivo espurio, niegan el apoyo a una propuesta artística consolidada que extendía su acción por barrios y  parroquias, parques, calles y plazas, y que se había convertido en una tradición  más de la Navidad en el municipio, con un público eminentemente familiar”,  lamenta la concejala de Ciudadanos.  

Ana I. Menéndez recuerda, en este sentido, que DIVERTIA venía colaborando  en la producción de este festival de ilusionismo, al igual que lo hacía la  FMCEyUP, aunque a menor escala. Sin embargo, nada más acabar el festival  del año pasado y sin una justificación razonable, Lara Martínez comunicaba a la  organización su intención de borrarlo del mapa. “Dado el supuesto compromiso  del área de Cultura con las artes escénicas, no entendemos que denieguen  cualquier tipo de apoyo económico que contribuya a su supervivencia” denuncia  la edil. “Ni siquiera ha habido voluntad de diálogo con los organizadores para  adecuar el presupuesto, formato o duración del evento.” 

“La colaboración público-privada se ha demostrado fundamental para suplir las  carencias de la programación de DIVERTIA durante todo el año, y no dudamos  que se va a mantener, lo que nos lleva a pensar que hay motivos espurios detrás  de esta decisión”. “La sospecha es fundada”, razona la edil. “Mientras la  existencia y aportación a otros eventos no se cuestiona, se cargan el Arco  Atlántico, el Belén, el Festival de Magia… Es decir, toda manifestación cultural y  artística que no sirve de altavoz al modelo cultural que quieren imponer,  manifiestamente ideologizado.”

“Instrumentalizar la cultura empobrece la calidad democrática de los pueblos, y  ese es su objetivo”, argumenta la edil. “Ante esto, queda recordarles que  gobiernan para todos y que no vamos a permitir que también instrumentalicen la  Navidad. En estos tiempos en que llenar las calles de la ciudad de magia e ilusión  parece más necesario que nunca, este tipo de arbitrariedades merecen nuestra  total reprobación.