Emulsa llevará una campaña a informativa entre los usuarios de playas sobre la importancia de no arrojar las colillas a los arenales

hace 7 años · Actualizado hace 6 años

La Empresa Municipal de Servicios de Medioambiente Urbano de Gijón, (EMULSA), desarrollará, a partir del sábado 26 de agosto y durante seis días, una campaña informativa entre los usuarios de playas sobre la importancia de no arrojar las colillas a los arenales y utilizar las papeleras de reciclaje para el depósito de los residuos que generen.

Esta es una de las acciones incluidas en la Campaña de Concienciación Medioambiental Ciudadana de EMULSA y tiene como objetivo informar a los usuarios de las playas urbanas del impacto que un gesto tan habitual para muchos fumadores, como tirar una colilla al suelo, puede tener sobre el medio ambiente terrestre (arenales) y marino (aguas, fauna), además de la suciedad que genera en las ciudades.

Para ello, durante seis días, un informador medioambiental recorrerá la playas de San Lorenzo, Poniente y El Arbeyal de 11 a 14:30 horas y de 15:30 a 19 horas informando a los usuarios de la labor de limpieza que realiza EMULSA, y pidiendo la colaboración de los fumadores a los que se les regalará un cenicero de playas promocional.

Los restos de cigarrillos constituyen la principal fuente de basura mundial, por delante de los envases de alimentos, botellas y bolsas de plástico: 4,5 trillones de colillas son arrojadas cada año a las calles, ríos, bosques y en el mar con una "gravísima" repercusión en el medio ambiente según el artículo de revisión “Contaminación ambiental por colillas de tabaco. El tabaco de cuarta mano”, del doctor José Ignacio de Granda, coordinador del área de tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).

El pasado año 800.000 voluntarios de la ONG Ocean Conservancy, peinaron más de 40.000 kilómetros de costa y recogieron más de 8 millones de kilos de basura y las colillas ocuparon el primer puesto (2,1 millones), más del doble que las botellas de plástico (más de 1 millón).

En los últimos 50 años, prácticamente el 100 % de los cigarrillos llevan un filtro de acetato de celulosa, un componente fotodegradable pero no biodegradable, por lo que las colillas pueden tardar entre 8 y 12 años en descomponerse totalmente. Éstas acumulan parte de los componentes del tabaco, incluidas las sustancias químicas más nocivas que se liberan en contacto con el agua. Por tanto, cuando llegan a los ríos e, incluso, al mar, desprenden dichas sustancias, lo que supone una grave amenaza para la biodiversidad y pueden llegar a la cadena alimentaria.

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