El yate de los 250 millones, propiedad de un multimillonario ruso, hace escala en Gijón.
hace 8 años · Actualizado hace 8 años
El muelle de La Osa El Musel acoge desde la madrugada de martes un lujo yate, propiedad del multimillonario ruso del sector energético Andrey Melnichenko, y cuyo nombre es "A", inicial del nombre de pila de su mujer, Aleksandra Nikolic. Los turistas que vienen a bordo tienen previsto abandonar Gijón mañana a primera hora de la tarde.
Podría ser el hermano civil de la clase Zumwalt de la US Navy, o un submarino, o un diseño de proa invertida de Ulstein, o el barco del último villano de una película de 007, pero no es ninguna de esas cosas aunque lo parezca. El buque del que hablamos es el súper yate ha salido del escritorio del diseñador francés Philippe Starck.
En diciembre de 2004 el astillero Blohm + Voss firmaba el contrato para un nuevo yate a motor de 119 metros de eslora, su construcción 970, bajo un diseño de Philippe Starck y Martin Francis, al que se le asignó el nombre de Sigma o SF99, con un presupuesto (nunca confirmado) de más de 250 millones de euros, que sería entregado en 2008.
Además del diseño exterior, el diseñador francés Philippe Starck se encargó también de los interiores del yate, casi 2.200 metros cuadrados repletos del lujo y las excentricidades habituales (muebles con piel de cocodrilo, grandes espejos y superficies brillantes por doquier) en un barco de este tipo. El camarote principal ocupa 230 metros cuadrados, y existen otros seis para invitados con mamparos desmontables para convertirlos en cuatro grandes camarotes.
Sobre la cubierta de proa el buque cuenta con un helipuerto y una piscina, y en la zona de popa dos piscinas más, una de las cuales tiene un fondo de cristal que da a la discoteca de la cubierta inferior. Además de las piscinas, el yate cuenta con un jacuzzi en el salón principal.
La seguridad es una de las claves del buque: cristales antibalas de 44 milímetros de espesor, más de 40 cámaras del circuito cerrado de televisión, sensores de movimiento, acceso a los camarotes a través de la huella dactilar, e incluso se habla de una cápsula de escape a lo James Bond para el propietario.
Para desplazar los 119 metros de eslora por 19 de manga de aluminio del A se utilizan dos motores diésel con una potencia total de 9.000 kW, que proporcionan una velocidad máxima de 23 nudos. A la velocidad de crucero de 12 nudos el buque tiene una autonomía de 12.000 kilómetros.
En popa el yate cuenta con un garaje con capacidad para dos embarcaciones auxiliares principales (una cubierta y otra no) y una tercera deportiva, todas ellas diseñadas también por Starck.
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